¿Estás seguro de que te la quieres jugar? ¡Las apuestas más disparatadas!

Si alguna vez te has preguntado cuál es la locura más grande en la que uno podría arriesgar su dinero, entonces has venido al artículo correcto. Se nos ha dado por buscar las apuestas más locas que pudiéramos encontrar. Desde casarse con un caballo, a querer volar con una tina con alas, los ejemplos están a la orden del día. No es de extrañarse que con el amor e historia que tenemos con las apuestas, se nos haya ocurrido, a los seres humanos, apostar acerca de estos actos.
Cara de sorpresa.
Publicado el: 12 MAY 2022

Te contamos las apuestas más locas

Seguro te ha pasado que le has querido jugar una chanza a algún amigo y apostar sobre algo realmente absurdo. Desde quien era más rápido bajando las escaleras de espalda hasta tirarse lo más alto posible de una pirámide de sillas al agua. Si estos ejemplos te parecen imposibles y absurdos, pues entonces espera a leer los que tenemos preparados porque son realmente imposibles.

No hemos escatimado en esfuerzos para dar con los ejemplos de las apuestas más locas del mundo en la historia. Seguro te reirás con las siguientes muestras y es posible que en un tiempo debamos actualizar esta lista porque la humanidad sí que se las ingenia para superarse cada día.

A todo o nada

Ashley Revell se fue a Las Vegas en 2004 con lo que tenía. Revell había vendido todas sus cosas por valor de 135.000 dólares y decidió jugársela a la ruleta. Revell es un jugador profesional del condado de Kent. En el Plaza Hotel & Casino de Las Vegas lo apostó todo al rojo.

El evento fue una sensación. La gente se apilaba detrás del británico para ver el resultado. Cuando el crupier echó la bola a rodar Revell movió todas sus fichas en la casilla roja. La sala enmudeció por un instante hasta que un grito de júbilo rompió el silencio. La bola había caído en el 2 rojo, lo que significó que no solo no había perdido, sino que había doblado sus ganancias. Revell le dio al crupier una propina de 600 $ y se volvió a Inglaterra para comenzar un sitio web de póker que no funcionó. No obstante, sigue involucrado en el mundo de las apuestas.

Apostar un par de pechos

Lo que algunos hacen por dinero. ¿Qué te apuestas que…? Brian Zembic, jugador profesional y mago canadiense, se apostó 100.000 $ a que se implantaba un par de pechos. Zembic era conocido en los años noventa del siglo pasado por sus apuestas de alto riesgo; era algo así como el hombre que estaba dispuesto a hacer cualquier cosa por ganar una apuesta.

Sus juegos preferidos eran el blackjack y el backgammon. La apuesta de los pechos surgió después de una conversación casual. Zembic era de la opinión de que ponerse unos implantes no era gran cosa. Su amigo, otro jugador profesional, le propuso entonces la apuesta. La cosa no fue mucho más allá durante un tiempo. Hasta que Zembic perdió bastante dinero en la bolsa y decidió jugársela con los pechos para cubrir sus pérdidas. Encontró en cirujano plástico dispuesto a jugarse el coste de la operación al backgammon. Zembic ganó. Se implantó los pechos y la operación le salió gratis. Aunque, según lo acordado en la apuesta, Zembic solo tenía que tener los pechos durante un año, 20 años después seguía con ellos. Parece que no le molestaban y se había acostumbrado a ellos.

Apuestas tu nombre y… lo pierdes

Esto le aconteció a un individuo en Nueva Zelanda en 2010. La apuesta al póker consistía en jugarse el nombre. No es que nuestras madres hayan acertado siempre con el nombre que nos ponen, pero cambiarse el insulso John por “Full Metal Havock More Sexy N Intelligent Than Spock And All The Superheroes Combined With Frostnova” parece una broma de mal gusto. Pues el susodicho perdió la apuesta y tuvo iniciar los trámites legales para cambiarse el nombre. Además de lo absurdo, seguro que no es muy agradable tener que rellenar formularios con tan largo alias.

¿Y si apuestas a tu mujer?

El póker te la juega más a menudo de lo que puedes creer. Andrei Karpov, de Murmansk en el ártico ruso, se quedó sin dinero durante una partida de póker y decidió jugarse a su mujer. A su oponente Sergey Brodov no le pareció tan mala idea. Karpov perdió al póker y también a su mujer, que se sintió bastante ofendida por haber sido tratada de semejante manera. Y no nos extraña. Decidió divorciarse de Karpov y se lio con Brodov. Ha dicho que no se arrepiente de haberlo hecho, Karpov seguro que sí. De todas formas, no estamos seguros si Brodov y la exmujer de Karpov ya lo habían planeado todo de antemano.

Orejas, tatuajes… y otras apuestas locas

Brian Zembic apostó un par de pechos y parece que al final le gustaron. Otros son capaces de cortarse una oreja o tatuarse algo en las nalgas. Dos rusos se apostaron una oreja al pulso, quien perdía se la cortaría. Pero como no hay pulso sin revancha, al final quedaron empatados y ambos se cortaron una oreja. Lo de hacerse un tatuaje es más común, aunque depende de qué es lo que te tatúes y dónde, pues los hay bastante ridículos.

El líder de una banda de rock española prometió tatuarse el rostro de David Hasselhoff, el actor que se hizo famoso con KITT el coche fantástico, en una nalga si llegaba a la final de un certamen de música. Perdió la apuesta y ahora se pasea con “The Hoff” tatuado en el culo.

Will Hirons, aficionado al tenis, apostó a que se tatuaría al escocés Andy Murray en la nalga izquierda si ganaba Wimbledon ese año. En 2013 Murray era uno de los mejores jugadores del circuito. Había llegado a la final del abierto de Australia y había sido oro olímpico en 2012. A pesar de ser uno de los favoritos, Wimbledon es harina de otro costal. Ningún británico había ganado desde hacía 77 años. Pues bien, Murray ganó en 2013, y volvió a ganar en 2016; así que Hirons no tuvo más remedio que cumplir con lo prometido.

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