La investigación a Kike Salas por amaños pone en el punto de mira los sistemas de alerta

La detención del futbolista del Sevilla, Kike Salas, ha puesto el foco sobre la detección de amaños deportivos, resaltando la importancia de vigilar las apuestas en este sector. Este caso ha subrayado la necesidad de mantener la integridad en las competiciones y ha despertado un debate sobre las medidas de control y prevención en el ámbito deportivo.

Dos jugadores corriendo detrás del balón en un partido de fútbol.

Kike Salas es el último futbolista investigado por amaños. ©Davide Gargiulo/Pexels

La investigación y las sospechas

El caso de Kike Salas ha llamado la atención debido a la categoría del jugador y del club. La investigación se centra en las tarjetas amarillas que recibió en los últimos partidos de la temporada pasada, lo que ha levantado sospechas de amaños en las apuestas.

Las autoridades han revisado minuciosamente los partidos en los que participó, analizando patrones de comportamiento y movimientos financieros sospechosos. En la temporada 2023-24, Salas acumuló 10 tarjetas amarillas, un promedio considerablemente alto para un jugador, aunque no extraordinario para un defensor.

Sin embargo, lo que dio la señal de sospecha fue que 9 de esas tarjetas llegaron en apenas 7 partidos, siempre en los momentos finales de los encuentros. Los 6 partidos que se analizaron tuvieron lugar entre los meses de abril y mayo del año pasado.

El 14 de abril, en la disputa entre Las Palmas y Sevilla, Salas cometió una dura infracción sobre un rival en el minuto 72, con el partido a favor de su equipo. El 28 del mismo mes, en el derbi ante el Real Betis, Salas marcó el gol del empate.

No obstante, en el minuto 93, con el marcador ya definido, derribó de manera violenta a un rival y se ganó una nueva amarilla. El tercer caso fue en la visita del Sevilla al estadio La Cerámica del Villarreal, el 11 de mayo.

Al minuto 88, Salas fue amonestado por discutir acaloradamente. Apenas cuatro días más tarde obtuvo una amarilla más en el partido ante el Cádiz. Fue en el minuto 94, al obstruir de manera ilícita el ataque prometedor de un rival.

El día 19 del mismo mes, el Sevilla visitó al Athletic de Bilbao y allí Salas volvió a ganarse una amarilla, esta vez en el minuto 47. Se debió a un golpe con el codo cuando fue a disputar el balón con un adversario.

La sexta amarilla fue en la derrota ante el Barcelona en el Camp Nou, por 2 a 1. Salas derribó a Lamine Yamal en el minuto 35.

El estado actual del caso

Actualmente, la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) ha archivado el caso a la espera de una resolución judicial. La Policía Nacional sigue investigando y el jugador podría enfrentarse a sanciones deportivas y económicas.

Mientras tanto, el club ha mostrado su apoyo al jugador, aunque también ha dejado claro que colaborará plenamente con las autoridades para esclarecer los hechos.

La Fiscalía de Morón de la Frontera investiga si Kike Salas y dos amigos se confabularon para ganar unos 9.000 euros en apuestas fraudulentas, pactando previamente que el jugador forzaría las tarjetas.

Mientras continúa la investigación, que aún está lejos de concluir, Kike Salas, quien renovó su contrato el mes pasado hasta 2029, se enfrenta a la posibilidad de ser acusado de estafa, un delito que conlleva una pena de prisión de seis meses a tres años.

La Liga prevé multas que varían entre 1.200 y 100.000 euros. Además, el código disciplinario de la Federación Española estipula que la participación de futbolistas, entrenadores o directivos en apuestas se considera una infracción muy grave.

Esta infracción se sanciona con una multa de hasta 30.051 euros y la revocación de la licencia federativa por un período de dos a cinco años. LaLiga ha anunciado que se personará en la causa.

En este caso, se cree que Salas fue detenido el pasado 14 de enero por forzar, supuestamente, que le mostraran tarjetas amarillas la pasada temporada para que sus allegados ganasen dinero en apuestas deportivas. Tras comparecer en una comisaría de la Policía Nacional, quedó en libertad como investigado.

Casos de manipulación en el fútbol: Paquetá, Oikos y más

El caso de Lucas Paquetá tiene similitudes con las sospechas que rodean a Kike Salas. El mediocampista del West Ham está acusado de provocar tarjetas amarillas en cuatro partidos, con el objetivo de que sus amigos obtuvieran ganancias de 100.000 libras esterlinas. Paquetá enfrenta una posible inhabilitación de diez años.

En España, la operación Oikos, llevada a cabo en 2019, investigó una trama de manipulación liderada por exjugadores Raúl Bravo y Carlos Aranda, acusados de manipular partidos en la Primera, Segunda y Tercera División, junto a otros diez implicados. En 2024, un juzgado de Huesca archivó el caso por falta de pruebas.

En 2022, una trama de manipulación en la Primera y Segunda RFEF, la Liga Andorrana y la Liga de Gibraltar resultó en la detención de 30 personas en 2023. Los implicados, formaban parte de varios clubes y eran amigos, bajaban el rendimiento intencionadamente para obtener resultados predeterminados en 30 partidos.

Amaños y apuestas en el deporte

Los amaños en las apuestas deportivas no son un fenómeno nuevo, pero han aumentado en los últimos años. La vigilancia y los sistemas de detección son esenciales para mantener la integridad del deporte.

Las organizaciones deportivas y las casas de apuestas han implementado tecnologías avanzadas para detectar patrones sospechosos y prevenir el fraude. Sin embargo, la lucha contra los amaños es constante y requiere la colaboración de todas las partes involucradas.

En 2023, las casas de apuestas online reportaron 11 casos de sospechas a la Policía, cuatro en fútbol y siete en tenis.

La Subdirección General de Inspección de la Dirección General de Ordenación del Juego (DGOJ) es la encargada de monitorizar los movimientos de los jugadores y de todas las apuestas que se hacen online. Reciben las sospechas a través del sistema SIGMA, en el que participan obligatoriamente todos los operadores.

En los deportes colectivos, la manipulación de partidos es poco probable debido a que numerosos jugadores deben participar para influir en resultados, goles, o saques de esquina.

No obstante, las tarjetas son un caso diferente. Para recibir una tarjeta amarilla, basta con una protesta o una falta leve, donde no hay posibilidad de jugar el balón.

La alarma inicial en el caso de Kike Salas fue dada por los operadores de apuestas, que cuentan con un sistema de prevención del fraude y se ajustan a un programa de integridad deportiva. Los sistemas de Big Data de las casas de apuestas, nutridos con millones de datos de apuestas, dieron la voz de alarma.

Jorge Hinojosa, director general de JDigital, una asociación que aglutina a los principales operadores de juego en España, afirma que todas las actividades de apuesta son minuciosamente vigiladas y que se proporciona al Gobierno información detallada sobre las apuestas realizadas.

Según Hinojosa, las alertas se basan en sospechas y se comunican a la Policía. El directivo destaca la sorpresa de que haya surgido una alerta relacionada con un jugador y un club de Primera División, lo cual suele ocurrir en poblaciones más vulnerables por edad y categoría.

La colaboración entre los diferentes actores es crucial para proteger la integridad del deporte. Desde el 1 de febrero, España se acoge al Convenio de Macolin contra el fraude, reforzando los esfuerzos para detectar y prevenir amaños, asegurando así la transparencia y justicia en las competiciones deportivas.

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