Casinos en tiempos de pandemia: estrellas de la noche
Aunque el proceso de desescalada hacia la nueva normalidad en España no ha estado exento de críticas por parte de sector del juego presencial, se tenía la esperanza de que el negocio resurgiría de sus cenizas, si bien gradualmente. Con el repunte de las infecciones y la llegada del invierno, en muchas comunidades las medidas de control y prevención se han endurecido, especialmente en Madrid. No obstante, algunos casinos se han convertido en las estrellas de la noche habida cuenta de que los locales de entretenimiento nocturno siguen cerrados.
¿Qué ha pasado con la nueva normalidad, cuáles son las razones de su fracaso en nuestro país? Estas eran las preguntas clave de un artículo de opinión publicado en El País el pasado domingo.
Si aún hace pocas semanas se afirmaba que la segunda ola del coronavirus estaba entrando por España y afectaría a toda Europa por igual, hoy es claro que no todos los países la están sufriendo de la misma manera. Hasta el momento, Alemania e Italia representan el lado opuesto a la situación en España.
Los casinos los grandes damnificados por las restricciones
Que los casinos físicos pudieran volver a ser las estrellas de la noche con todo su glamur y fascinación alrededor de las mesas de póker o ruleta parecía una utopía después de los meses de restricciones obligadas por la pandemia del coronavirus. Pero con el proceso de desescalada contemplado en la fase tres hacia la nueva normalidad el pasado junio, parecía que las cosas podían volver a su cauce.
La propia supervivencia de los locales de juego dependía de esta apertura, aunque fuese criticada por la patronal del sector, Cejuego, debido a las limitaciones impuestas. Entre las medidas de seguridad implantadas por el gobierno y las administraciones territoriales, el aforo restringido, la distancia entre clientes o el uso de mamparas de protección, además de la desinfección generalizada de todas las áreas de uso común, han dificultado mucho la práctica del juego caracterizado por su comunicabilidad e interacción.
Según algunas informaciones, las cifras de afluencia están lejos de ser satisfactorias en todos los establecimientos de juego, bingos, casinos y salones de apuestas. Además, el uso obligatorio de las mascarillas supone un problema, no solo ya para la comodidad del usuario, sino también para la propia seguridad de los casinos, que se pueden ver en dificultades para identificar a los jugadores problemáticos.
A partir del toque de queda la noche sigue viva en los casinos
Después de meses de retraso el Gran Casino Vigo, operado por Luckia y Cirsa y ubicado en el centro comercial A Laxe, en la zona portuaria, abría sus puertas al pasado febrero, justo antes de la expansión global de la pandemia. Desde su inicio se vio afectado por las restricciones.
Con la, ahora criticada, apertura generalizada durante la fase tres parece que el coronavirus encontró el hábitat perfecto para reproducirse nuevamente, sobre todo en los locales de ocio nocturno frecuentados por los más jóvenes. Nuevas medidas han sido implementadas a lo largo del mes de agosto con el cierre obligatorio a partir de la medianoche, lo que ha causado la indignación del sector de la hostelería.
No obstante, la noche del casino Luckia en Vigo se amplía hasta las cuatro de la madrugada, siendo uno de los pocos locales de ocio que permanecen abiertos en la metrópolis gallega. Las medidas de seguridad e higiene siguen los protocolos establecidos por las autoridades sanitarias de la Xunta de Galicia y el gobierno central: es decir, el uso obligatorio de mascarillas en el interior del establecimiento, distancia de seguridad y toma de temperatura antes de ingresar al recinto, todo está garantizado y bajo control.
En Vigo, los residentes se habrían sorprendido de la bulliciosa actividad en el casino de A Laxe a partir de la media noche. Si bien durante el día, la escasa clientela habitual se concentra en las mesas de ruleta y blackjack, con el bar a la espera de clientes, a partir de la una de la madrugada el local se transforma milagrosamente y es necesario hacer cola para entrar. El interior del recinto recibe una animación inesperada. Las mesas de juegos y el bingo cobran nueva vida mientras el bar no para de servir copas. Una transformación quizás inesperada pero que garantiza, al menos de momento, la supervivencia del establecimiento.
No es oro todo lo que reluce
Pero la apertura del casino Luckia en Vigo también ha traído consecuencias inesperadas y no muy deseables, al menos para los trabajadores del tradicional casino de la isla de A Toxa en O Grove, no muy lejos de Vigo. Éstos han venido denunciando a través de los sindicatos que la empresa Luckia habría estado trasladando las operaciones paulatinamente al nuevo casino de Vigo.
Las medidas tomas por la empresa son vistas como discriminatorias por los trabajadores de A Toxa, que ven amenazados sus puestos de trabajo con la reducción del horario de apertura impuesto que puede llegar a ser únicamente durante los fines de semana. Mientras tanto, en Vigo se congratulan por el empleo generado por el casino de A Laxe.
Por otra parte, la copropietaria del casino de Vigo en A Laxe, CIRSA Gaming, habría registrado más de 50 millones de euros en pérdidas operativas durante el segundo trimestre del año, y todo debido a las consecuencias negativas de la pandemia del coronavirus con el cierre de los locales.
Con el repunte de las infecciones registrado en toda España y la segunda ola en marcha, no parece que haya buenas perspectivas para el futuro más inmediato. Mientras tanto, los vigueses seguirán disfrutando de la noche en el casino de A Laxe.