ERTE y despidos, la realidad de los casinos físicos
La crisis global que la pandemia del coronavirus está provocando tiene dramáticas consecuencias para la economía de las personas. Despidos y expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) están a la orden del día. Con las salas de juego y apuestas cerradas, siguiendo las medidas adoptadas por el gobierno, muchos negocios se enfrentan a la suspensión de pagos y los trabajadores sufren.
Las Vegas se apaga
El pecado tendrá que descansar por un tiempo en la famosa ciudad de neón. Como ya informábamos en una reseña en la que dábamos cuenta de los ciberataques que había sufrido la ciudad de los casinos, el pasado 21 de marzo el gobernador del estado de Nevada declaraba el estado de emergencia y ordenaba el cierre de todos los negocios no esenciales.
La edición en español del periódico The San Diego Union-Tribune ya informaba apenas hace unos días de que el cierre de los casinos y otros establecimientos de ocio suponía un duro golpe para la comunidad latina en la ciudad, especialmente dependiente de esta industria.
MGM Resorts International ha comenzado a prescindir de parte del personal en un recorte que afectaría a algo más de mil trabajadores, 800 de ellos en Las Vegas. Los despidos forman parte del plan estructural de la compañía para este curso, lo que le permitirá aumentar el efectivo en unos 200 millones de dólares para el final de año, según estimaciones.
MGM Resorts es uno de los principales empleadores de Las Vegas, y los puestos de trabajo perjudicados son tanto directos como indirectos. Toda la infraestructura hotelera se ha visto tremendamente afectada por la crisis global de la pandemia.
El poderoso sindicato Unión de Trabajadores Culinarios, que reúne a 60.000 empleados de casinos y hoteles en Las Vegas, ha señalado que está monitorizando la situación. Aunque sólo podrá prestar ayuda a los trabajadores afiliados. Todos aquellos que forman parte de actividades económicas informales o irregulares son, por supuesto, los más vulnerables.
La situación en España
En este momento uno no sabe muy bien si los expedientes de regulación de empleo han sido provocados directamente por la crisis causada por la pandemia del coronavirus o formaban ya parte de los planes de reestructuración a largo plazo de las compañías.
El Grupo Orenes, dueño de varios casinos físicos en España y México, así como de multitud de salas de juego y bingos, ya había comenzado con un plan global de reestructuración que, por ejemplo, había dejado sin trabajo a más del 40% de la plantilla del Gran Casino de Castellón, en una decisión muy discutida por los sindicatos.
También el pasado año anunciaba un expediente de regulación de empleo en el Casino Rincón de Pepe en Murcia debido a los pobres números alcanzados. Recordemos que desde este casino la empresa de software Evolution Gaming retransmite sus mesas de ruleta en vivo para casinos online legales en nuestro país.
En una acción que les honra, la empresa ha puesto el hotel del complejo a disposición del personal sanitario en su lucha diaria contra la COVID-19. El responsable de Relaciones Institucionales del grupo, Pedro García, declaraba a este respecto lo siguiente:
“Desde el primer momento, estamos a disposición de las autoridades y ponemos nuestros recursos al alcance de esos profesionales que están en primera línea, haciendo un trabajo encomiable y que tienen todo nuestro reconocimiento y gratitud.”
No han sido los únicos. El Grupo Comar y Luckia también se han puesto manos a la obra y han donado equipos de protección al maltrecho Servizo Galego de Saúde (SERGAS) gracias a la inestimable colaboración del astillero Rodman Polyships.
CIRSA anuncia un ERTE
Peor les ha ido a los trabajadores de CIRSA, la empresa dueña del casino y la casa de apuestas Sportium, con numerosos locales repartidos por toda la geografía española. El expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) que ha presentado afectaría al 83,5% de la plantilla.
Se trata de más de 4.000 empleados, muchos de los trabajadores en las salas físicas y restaurantes que se han visto obligados a echar el cierre por las medidas del estado de alarma. A la empresa, que pertenece al fondo de inversiones Blackstone, se le presenta un futuro incierto. Aunque sus operaciones online continúan con normalidad.
Codere es otra casa de apuestas en una situación similar. Ha presentado un ERTE para el 69% de la plantilla, algo más de mil empleados. El bajón de las apuestas deportivas es notable y al sector le esperan semanas muy duras.
Luckia, uno de los casinos con MGA en España, también está sufriendo las consecuencias de la crisis, con solo un 15% de la plantilla en activo de los 2.600 que la componen, habiendo aplicado el correspondiente ERTE. Las buenas noticias son que la ONCE habría cerrado un acuerdo con los sindicatos para garantizar el empleo y el salario al 100%, una vez que los sorteos se han suspendido y no hay vendedores en las calles.