Manila, la nueva capital asiática del juego
Con Macao en plena crisis económica por causa de la COVID-19, las restricciones en los desplazamientos y la falta de afluencia de jugadores de China, la capital de Filipinas Manila podría convertirse en la nueva capital asiática del juego, o a eso aspiran las autoridades del país. Una apuesta económica que, no obstante, es más incierta y arriesgada de lo que a algunos les gustaría creer.
Okada es un magnífico edificio ubicado frente a la bahía de Manila, en el distrito de Parañaque. El complejo hotelero y casino es propiedad del billonario japonés Kazuo Okada, antiguo ejecutivo de Wynn Resorts, la firma estadounidense con sede en Paradise, Nevada, dueña de las conocidas marcas Wynn y Encore.
Okada levantó su fortuna en el sector del juego con Wynn y gracias a Universal Entertainment, una compañía que se dedica a la manufactura de máquinas recreativas, tragaperras y pachinko, el peculiar juego, muy popular en Japón, que se asemeja a una máquina de pinball, aunque se usa mayormente para realizar apuestas.
El casino integrado en el complejo Okada Manila está operado por Tiger Resort Leisure, la filial de Universal Entertainment y se encuentra situado en una zona conocida como E-City, o Entertainment City: la particular franja de la capital filipina en la que se ubican, entre otros, los resorts City of Dreams, propiedad de Melco, Solaire Resort & Casino y Westside City Resorts World, propiedad del billonario Andrew Tan.
Corporación Filipina de Entretenimiento y Juegos de Azar
La Philippine Amusement and Gaming Coorporation (PAGCOR) es el monopolio estatal de casinos y juegos de azar en general que está bajo la autoridad directa de la oficina del presidente de Filipinas. En 2007 la corporación renovó por 25 años su autoridad en cuestiones de regulación del juego y el negocio de casinos, salones de juegos y bingos a lo largo del país, permitiéndole además poder entrar en empresas mixtas para el desarrollo de la mencionada E-City, lo que ha dado lugar al espectacular crecimiento de Manila como capital asiática del juego.
Manila, al igual que Macao, se aprovecha de la prohibición del juego en China, por lo que son muchos nacionales de este país los que viajan a la capital de Filipinas simplemente para disfrutar de los juegos de azar. Además, las relaciones políticas y comerciales entre ambos países son excelentes. Alrededor de 120.000 ciudadanos chinos hacen uso regular de Filipinas para sus actividades de juego, en un negocio que llega a generar más de 4 mil millones de dólares al año.
Aunque la pandemia del coronavirus también ha golpeado con fuerza los casinos en Manila, que por el momento continuarán cerrados, al tratarse en gran parte de un monopolio estatal, el negocio se mantiene, al menos por el momento.
POGOs una estrategia de éxito
En 2016 PAGCOR comenzó a procesar licencias para operadores offshore, los POGOs (Philippine Offshore Gaming Operators). Se trata de compañías que ofrecen servicios de juegos de azar en mercados fuera de Filipinas pero que operan bajo una licencia oficial de este país. Principalmente, el centro se sitúa en el mercado de juego asiático, y los POGOs estarían prácticamente operados en exclusiva por ciudadanos chinos.
El juego es una de las principales fuentes de ingresos en Filipinas y un sector declarado estratégico por el presidente Duterte. Tanto el monopolio estatal PAGCOR como las operaciones extraterritoriales en torno a los POGOs han demostrado un éxito casi inmediato.
No obstante, las cosas podrían empezarse a torcer. Las restricciones impuestas al juego por la pandemia de la COVID-19, así como la prevista subida de los impuestos a las actividades relacionadas con el juego bajo la Bayanihan Act, que otorga al presidente Duterte la autoridad para reasignar recursos en la lucha contra la pandemia, podría estar llevando a algunos de los operadores con licencia filipina a buscar otras legislaciones más propicias.
Se habría informado que más de 50 operadores con licencia PAGCOR estarían interesados en trasladar sus operaciones a la Isla de Man, que como es sabido disfruta de una política fiscal bastante laxa.