La rana de la suerte que desafía a la justicia
La escultura de la rana gigante del Casino Gran Madrid, instalada en 2014, ha sido objeto de debate constante, generando controversia y opiniones divididas entre los madrileños. A pesar de las órdenes judiciales para su retirada, la rana sigue en pie, convirtiéndose en un símbolo tanto de resistencia como de discordia en la ciudad.
La polémica está servida
Desde su instalación, hace 10 años, la rana gigante del Casino Gran Madrid ha sido un punto de referencia y controversia en la ciudad. Situada en el Paseo de Recoletos, junto a la Plaza de Colón, esta escultura de casi cuatro metros de altura ha capturado la atención de residentes y turistas por igual.
La escultura, conocida como la “Rana de la Suerte”, fue creada por el artista toledano Eladio de Mora-Granados, más conocido como dEmo. La obra fue concebida como un símbolo de buena fortuna y fue instalada para conmemorar la apertura de una nueva sala del Casino Gran Madrid en el centro de la capital.
Desde el principio, el monumento destacó por su tamaño imponente y su ubicación estratégica, ocupando casi 16 metros cuadrados de la acera y siendo iluminada por cinco focos a ras de suelo. A lo largo de los años, la rana se ha convertido en un elemento icónico del paisaje urbano de Madrid.
Su presencia ha sido motivo de numerosas fotografías y ha atraído a curiosos y amantes del arte contemporáneo. Sin embargo, su imponente figura también ha suscitado debates sobre la ocupación del espacio público y el cumplimiento de las normativas urbanísticas.
La talla ha sido objeto de múltiples campañas tanto a favor como en contra de su permanencia. Los defensores de la misma argumentan que se ha convertido en un símbolo de la ciudad y un atractivo turístico que aporta valor cultural.
Por otro lado, los detractores consideran que su presencia es una infracción a las normativas y que ocupa un espacio que debería estar libre para el uso público.
La controversia en torno a la rana ha sido alimentada por las sucesivas prórrogas que han permitido a la imagen permanecer en su lugar durante casi una década.
A pesar de las órdenes judiciales para su retirada, la “Rana de la Suerte” sigue en pie, desafiando tanto al tiempo como a las leyes, y convirtiéndose en un símbolo de resistencia y debate en la capital española.
La batalla legal
Pese a su popularidad, la escultura no ha estado exenta de problemas legales. En 2021, el Ayuntamiento de Madrid revocó el permiso que permitía la presencia de la rana y ordenó su retirada.
Esta decisión fue impugnada por el Casino Gran Madrid, dando inicio a una prolongada batalla judicial que ha captado la atención de la opinión pública. El conflicto legal comenzó cuando el Ayuntamiento argumentó que la escultura había excedido el tiempo permitido de ocupación del espacio público.
Según las normativas municipales, la autorización inicial para la instalación de la rana era temporal y debía ser renovada anualmente. Sin embargo, en 2021, el Ayuntamiento decidió no renovar la autorización, citando razones urbanísticas y la necesidad de liberar el espacio público.
A partir de ahí comenzó el periplo judicial para la retirada del monumento, primero en el Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 3 de Madrid: “No existe un derecho preexistente a la ocupación de la vía pública de forma permanente”, indicaba la sentencia dictada el 22 de diciembre de 2022 por este organismo.
El escrito precisaba que “la permanencia de la escultura durante un período superior a cuatro años” era contraria a la ley si la instalación de la talla no había obtenido previamente una concesión específica.
El Ayuntamiento de Madrid había justificado la denegación de la prórroga con dos informes técnicos que argumentaban la necesidad de liberar el espacio público ocupado por la rana. Sin embargo, el Casino Gran Madrid no consideró estos informes suficientes y decidió recurrir al Tribunal Superior de Justicia de Madrid.
La última sentencia
La disputa llegó al Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM), que en noviembre de 2023 falló a favor del Ayuntamiento, ordenando el desmontaje. Además, el tribunal señaló que las prórrogas anteriores no constituían un derecho subjetivo para el Casino.
Entre sus argumentos desestimados, el Casino Gran Madrid defendía que se trataba de un símbolo icónico de la ciudad y gran un atractivo turístico. Además, ponía en valor la obra del artista urbano dEmo, a quien definió como “uno de los creadores más originales del panorama artístico español”.
El TSJM consideró esta afirmación como “cuestiones meramente subjetivas”, al igual que otras presentadas por el Casino en su defensa por mantener la escultura. Entre ellas, se encontraban el carácter innovador y futurista de los edificios junto a los que se sitúa la rana.
La sentencia condenó a la entidad al pago de las costas procesales de la segunda instancia, hasta un máximo de 2.000 euros. El casino tuvo entonces dos posibilidades: intentar el recurso de casación ante el Tribunal Supremo o, en su defecto, retirar la escultura.
Finalmente, decidieron continuar con el proceso judicial para impedir, o al menos retrasar, el desmantelamiento de la rana. A pesar de la sentencia, la rana sigue en su lugar, ya que el Casino Gran Madrid presentó un recurso de casación ante el Tribunal Supremo en enero de 2024.
Este recurso ha permitido que la escultura permanezca en su ubicación actual mientras se espera una resolución definitiva. La batalla legal continúa, y tanto el Ayuntamiento como el Casino están a la espera del dictamen del Tribunal Supremo, que determinará el futuro de la rana gigante.