MGA: nueva normativa sobre máquinas recreativas
La autoridad reguladora con sede en la isla de Malta, Malta Gaming Authority (MGA), acaba de publicar una normativa en la que se diferencia entre máquinas recreativas y dispositivos de juegos de azar, una distinción que no era explícita en disposiciones anteriores. Con esta directriz, la autoridad reguladora maltesa quiere homogeneizar las reglamentaciones de la industria, así como eliminar posibles confusiones. Vale la pena echarle un vistazo al documento publicado.
La Malta Gaming Authority (MGA) es una de las principales autoridades reguladoras en el marco de la Unión Europea y mundial. Numerosos operadores de juego y desarrolladores de software cuentan con una licencia expedida en la pequeña isla del mediterráneo que poco a poco se ha convertido en un centro clave de la industria igaming.
Recientemente, la MGA ha hecho público un breve documento en el que se distingue explícitamente entre máquinas recreativas y dispositivos para los juegos de azar; tal distinción, que no existía en las disposiciones anteriores, parece ahora más que nunca necesaria debido al auge del casino móvil.
Máquinas recreativas o de juego
Con esta distinción la autoridad reguladora maltesa quiere evitar confusiones y establecer líneas unitarias por las que se han de regir operadores y proveedores en lo que se refiere a las máquinas que ponen a disposición del público. De acuerdo al documento publicado este septiembre, la normativa afectará directamente a las obligaciones que los operadores y los proveedores de la industria de juego han de cumplir por ley.
La diferencia principal tiene que ver con si la máquina en cuestión está programada para colocar una apuesta o es un dispositivo que se usa en el contexto de una apuesta. Según la MGA, el propósito de las máquinas recreativas es únicamente el entretenimiento, independientemente de si ofrecen un premio o no y de si se encuentran ubicadas en un local de juego o no.
En cuanto a los dispositivos para los juegos de azar, su definición ofrece pocas dudas. Según el documento se trata de cualquier medio que pueda ser susceptible de uso como parte de un servicio relacionado con los juegos de azar y que le permita al jugador colocar una apuesta. Desde este punto de vista, un dispositivo de juego (eléctrico, electrónico o mecánico) puede ser desde una máquina tragaperras hasta el rastrillo de un crupier.
“Dispositivo de juego quiere decir cualquier dispositivo u objeto, incluyendo cualquier dispositivo eléctrico, electrónico o dispositivo mecánico, cualquier mesa de juego, billete o cualquier otra cosa, que se utiliza o es por su naturaleza destinado a ser utilizado como parte de un servicio de juego o en relación con él para permitir a un jugador hacer una apuesta, o para obtener el resultado de un juego en un local de juego.”– Malta Gaming Authority, Guidance Note on Gaming Devices and Amusement Machines
La distinción es sumamente interesante porque la autoridad reguladora incluye entre los dispositivos de juego también los juguetes que imitan el desempeño de una máquina de juegos de azar. Las terminales para emplazar apuestas e incluso los teléfonos móviles pueden ser considerados dispositivos de este tipo. Nos queda la duda de cómo son consideradas las cajas recompensa habituales en los videojuegos.
La necesidad de leyes unitarias en la UE
La normativa publicada por la MGA ahonda en la necesidad de establecer marcos regulatorios en todo el territorio de la Unión Europea, y no solo con respecto a la distinción entre máquinas recreativas y dispositivos de juego, una distinción que parecía haberse desvanecido con el auge del juego online.
Lo hemos visto en lo que respecta a la necesidad de una normativa clara con respecto a los métodos de pago o al uso de dispositivos que facilitan el acceso a los juegos online por parte de menores de edad y personas vulnerables. Lo mismo acontece con relación a la publicidad, tan debatida hoy en España por el Real Decreto a punto de ser aprobado, pero que presenta claros déficits que no parece que vayan a ser resueltos.
Un caso paradigmático es el de la publicidad de las slots, muy mal regulada, pues a menudo usa elementos gráficos que son claramente atractivos para menores, lo que no debería ser permitido.